La Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Atotonilco es del tamaño del problema que se busca resolver: descomunal. Esta planta limpiará casi 60 por ciento de las aguas que genera la Zona Metropolitana del Valle de México. Los preparativos del terreno en donde será habilitada la planta requirieron demoler todo un cerro. El sitio actualmente semeja una enorme mina a cielo abierto. La superficie es inmensa. Es 40 veces más grande que el Zócalo de la Ciudad de México (que mide unas cuatro hectáreas, contando el circuito que la rodea), y casi tan grande como el área de la Ciudad Universitaria de la UNAM que fue declarada Patrimonio de la Humanidad (173 hectáreas).
De acuerdo con Ariel Flores, residente de construcción de la Comisión Nacional del Agua en la planta, hasta el momento se han removido un millón 200 mil metros cúbicos de tierra para preparar el terreno donde se construirán los dos módulos que limpiarán las aguas residuales. Las aguas provienen del drenaje profundo que desemboca a unos 500 metros de donde se ubica el proyecto. Animismo llegarán en 2013 las aguas del Túnel Emisor Oriente del drenaje profundo, actualmente en construcción.
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