La relación entre Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, presidente de México, y Miguel Ángel Osorio Chong, gobernador de Hidalgo, se empobreció a partir de los constantes retrasos y la falta de compromisos serios de la federación hacia la entidad a lo largo del 2010. Dichos retrasos e incumplimiento de acuerdos, aunados a las promesas del ejecutivo federal, provocaron que no sólo la figura de Miguel Osorio fuera desprestigiada, sino que colocaron a Hidalgo en una situación poco favorable en cuestión de certidumbre para los inversionistas.
El aplazamiento de la federación sobre la concesión para la operación de un aeropuerto alterno a la dudad de México y que se tenía planeado ubicar en la región de Tizayuca, es una muestra y un factor para que la relación Hidalgo-gobierno federal, provocara un colapso. La propuesta de la generación del aeropuerto proviene desde el sexenio pasado, el cual estuvo en manos de Manuel Ángel Núñez Soto, quien impulsó con ayuda de los legisladores de ese entonces, que se le confiriera tal concesión a la entidad.
El retraso de la construcción de la refinería Bicentenario que se asentaría en Tula de Allende, fue otro detonante para que el gobernador Osorio Chong y el presidente Calderón se distanciaran cada vez más. De acuerdo con el gobierno federal éste representaría el proyecto del sexenio; no obstante, la construcción de la nueva planta refinadora de crudo de Petróleos Mexicanos (Pemex) tampoco se concreta; ante ello. Hidalgo presentó la mejor propuesta, a pesar del enfrentamiento generado con el Guanajuato panista.
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