Ya le he mencionado que será para marzo cuando podría arrancar la licitación para construir un aeropuerto alterno a la terminal de Cancún, toda vez que se fijen las reglas por parte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes como de la Comisión Federal de Competencia. Pues bien, un aspecto que podría modificar drásticamente no sólo los tiempos sino el lugar donde estaría dicho aeropuerto, es el ambiental.
Y es que el Centro de Derecho Ambiental (Cenda), que dirige Gustavo Alanís, ha aprovechado la visita de los grupos ambientalistas a Cancún con motivo de la COP-16 para revisar el impacto de dicho proyecto. Como recordará, fue el Cenda en los noventa uno de los organismos que dieron la batalla para cuestionar la construcción de un muelle de cruceros en Cancún que al final nunca se realizó.
Por lo pronto, el organismo señala que la construcción de un aeropuerto en la Riviera Maya manifiesta irregularidades, ya que los estudios de impacto ambiental se han hecho de manera parcial. Asimismo, algunos criterios del Programa de Ordenamiento Ecológico Local del municipio de Solidaridad, fueron omitidos en la Autorización de Impacto Ambiental de uno de los caminos que conducirá al aeropuerto, entre otros los relacionados con plantas de tratamiento, manejo de lodos en plantas de tratamiento, relleno y sitio de confinamiento de RP estabilizados, franja verde de 20 por ciento para evitar la fragmentación de ecosistemas, conservar individuos arbóreos y palmares originales y nativos, así como un programa de reforestación de hasta mil 500 ejemplares por hectárea.
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