A casi cuatro décadas de su fundación como «Centro de Desarrollo Turístico», Cancún -sede de la próxima Cumbre Mundial de Cambio Climático- dejó de ser un paraíso ambiental, debido a la destrucción de manglares, a la erosión de playas y a la construcción de un mayor número de cuartos de hotel de los que puede soportar el ecosistema.
En entrevista con Excélsior, el procurador federal de Protección al Ambiente (Profepa), Patricio Patrón Laviada, reconoció que Quintana Roo es un «foco rojo» en materia de delitos ambientales. «Hay empresarios que tratan de pedir perdón en vez de pedir permiso, y aquí lo que estamos queriendo impulsar es una nueva cultura para que se respeten plenamente la ley y el ambiente», indicó.
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