«Pagas la renta, el teléfono y la luz» le dice la SHCP de Ernesto Cordero a la paraestatal que dirige Juan José Suárez Coppel pues le toma de impuestos 6 de cada 10 pesos que factura dejándole sólo 4 pesos para operación e infraestructura. Por eso las pérdidas de Pemex que a agosto pasado sumaron 69 mil millones de pesos, más del doble de lo perdido en 2009.
Por eso tiene razón Eduardo Correa, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, cuando señala que llevamos a la quiebra a la principal empresa del país. Y si bien Pemex es de las entidades con menores subejercicios de gasto público (30%) su director de finanzas, Carlos Alberto Treviño, recibió como todos los funcionarios federales la orden de cerrar presupuestos este 30 de septiembre y regresarle a Hacienda todo lo no comprometido.
Por ello, aún reconociendo que la «tala regulatoria» de Salvador Vega en la SEFUPU aligeró de 2 mil inútiles normas a la petrolera, y que su nueva ley le permite contratos incentivados multianuales para captar inversión privada, está lejos de solucionarse la «ordeña doble» a la que está sometida Pemex.
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