Si en el primer lustro de la década la prioridad de Cemex fue llegar a más de 50 países, hoy su principal estrategia está puesta en asegurar que contará con los recursos suficientes para solventar la deuda que tiene pendiente con sus acreedores de aquí a 2020, y que representa cerca de 20,000 (mdd).
No es un tema sencillo, pues a esto hay que añadir que su flujo operativo se ubica en 2,682 mdd, casi la mitad de lo que representaba en 2007. Una de las causas de esta disminución de recursos es que, a nivel global, este año el volumen de cemento y concreto bajó 4 y 10%, respectivamente.
«Afortunadamente para empresas de la construcción, el mercado está maduro. En otras crisis, las caídas del sector eran cuatro o cinco veces mayores a las que tenía el PIB», dice Alfonso Albo, economista en jefe del BBVA Bancomer, refiriéndose, por ejemplo, a que hoy se tienen tasas fijas en el sector hipotecario que impiden un desajuste mayor a las empresas del ramo de la construcción.
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