Jacques Rogozinski, quien fuera el «Og Mandino mexica» en el sexenio del señor licenciado don Carlos Salinas de Gortari -por la cantidad y calidad de empresas paraestatales que vendió, entre ellas Teléfonos de México, Mexicana de Aviación, Sidermex, Altos Hornos de México, varios ingenios azucareros, por sólo mencionar algunas-, escribió, junto con su esposa Janet, un interesante artículo para la publicación Latin Finance, titulado: «Por qué Slim merece sus billones». «En el umbral del siglo XX, los 10 multimillonarios más ricos de la revista Forbes provenían del mundo desarrollado. Para 2010, cuatro de los diez primeros son de mercados emergentes. El mexicano Carlos Slim es el número uno, los hindúes Mukesh Ambani y Lakshmi Mittal, son cuarto y quinto, mientras que el brasileño Eike Batista es el número ocho.
«Slim ya era multimillonario cuando compró acciones en la privatización de Telmex. Generó la mayor parte de su riqueza haciendo uso de créditos e invirtiendo en proyectos cuando otros se salían. Por ejemplo, en el otoño de 1982, cuando México enfrentó una alta inflación y fuga de capitales, Slim compró compañías por menos del 5% de su valor contable a inversionistas mexicanos y extranjeros. En diciembre de 1990, el gobierno mexicano vendió 25.5% del capital social de Telmex. La participación de Slim eran tan sólo una fracción de eso, con 5.17%, por 442.8 millones de dólares. El resto se fue a Southwestern Bell, dirigido por Ed Whitacre (10%), a Telecom de Francia (5%) y lo restante a 32 inversionistas mexicanos.
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