1 de septiembre de 1985. Una expedición militar estadounidense que buscaba unos submarinos nucleares que se habían perdido en las aguas de Terranova (Canadá) dio con los restos del naufragio más célebre de la historia moderna: el Titanic.
Casi cuatro décadas después contadas personas han podido volver al lugar donde reposa el famoso trasatlántico.
La empresa estadounidense OceanGate Expeditions pretendía cambiar esto gracias a su sumergible Titán, al cual presentó como idóneo para “realizar estudios e inspecciones, investigación y recopilación de datos, producción de películas y pruebas de hardware y software en aguas profundas”.
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