Cuando ChatGPT se hizo público en noviembre pasado, tuvo impacto más allá de la industria de la tecnología.
Desde ayudar con la redacción de discursos hasta la codificación de computadoras, de pronto la inteligencia artificial (IA) se perfiló como una herramienta real y útil.
Sin embargo, esto no sería posible sin un hardware informático muy potente.
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