En la actualidad, expertos de la American Chemical Society (ACS) fabricaron una nueva clase de cubrebocas que, además de tomar en cuenta el tamaño de los aerosoles -las microgotas que espiramos al hablar, toser y estornudar-, están pensados para la comodidad de quienes lo usan, pues la mascarilla es capaz de modular -por sí misma- el tamaño de sus poros frente a condiciones cambiantes.
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