A 76 años del término de la Segunda Guerra Mundial, los estragos de las hostilidades entre los países involucrados siguen resonando en el planeta. En Berlín aún hay bombas enterradas. Los últimos sobrevivientes de los campos de concentración murmuran sus recuerdos y la justicia aún persigue a criminales de guerra. Más aún: una droga prohibida desarrollada en esa época se usa hoy (sin saberlo) para bajar de peso.
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