Los ciberataques conocidos como ransomware implican, como en un secuestro offline, el pago de un rescate para que el grupo criminal deje al afectado en libertad; en el caso del secuestro digital, lo que los ciberatacantes demandan es el pago de una suma para darle acceso a la víctima a sus propios equipos de cómputo e información de la cual obtuvieron control en ciberdelito.
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