Se trata de substancias que, al unirse a la fórmula de las vacunas, tienen la capacidad de incrementar la respuesta del organismo humano al ser inoculado.
«El adyuvante hace que (la vacuna) llegue a más lugares dentro del cuerpo y que obviamente atraiga a diferentes componentes del cuerpo humano y así eventualmente se activen las diferentes células inmunológicas», añade.
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