Siempre las abuelas y las mamás nos han dicho que es importante estar impecable en cualquier momento.
Pero cuántas veces planchar la ropa o cualquier prenda es un dolor de cabeza y más cuando te das cuenta que no sirvió de nada, pues a los cinco minutos ya están presentes las primeras arrugas en la tela. Un desperdicio de tiempo que podría ser utilizado para hacer otras actividades.
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