El plagio es tan viejo como la escolaridad misma. Es, sin lugar a duda, el mayor pecado que un estudiante o escritor puede cometer. Y con Internet, esto se ha vuelto más sencillo. Un simple «cortar y pegar» y le permite a un estudiante resolver tareas sin hacer búsquedas y síntesis propias. Pero esto pronto se podría acabar y Google tiene la solución.
Leer más en: Sipse.