Crearse una cuenta en Facebook o Twitter significa renunciar a una parte de nuestra privacidad a cambio de estar conectados.
Así, parecería que para salvaguardar nuestra privacidad en internet basta con no crearse una cuenta en las redes sociales o cancelar la que tenemos… ¿O no?
De hecho, puede que no sea suficiente. Un estudio llevado a cabo por un grupo de científicos de la Universidad de Vermont (Estados Unidos) y la Universidad de Adelaide (Australia) asegura que las redes sociales cuentan con mecanismos para procesar los datos de personas incluso si no forman parte de su comunidad.
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