Las memorias USB son un fastidio si tienes mala memoria. ¿Quién no se las dejó alguna vez enchufadas a la computadora u olvidadas en el fondo de un cajón?
¿Dónde estará aquella en la que guardabas las hojas de vida cuando estabas en plena búsqueda de trabajo o las fotos de aquel verano de hace casi 10 años?
Si alguien encuentra esos pendrive o discos externos, seguramente no tenga ningún problema en acceder a los documentos e imágenes personales que guardaste en ellos: basta con conectarlos a una computadora y… ¡voilà! La información aparecerá ante sus ojos.
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