El arresto en Canadá de Meng Wanzhou, hija del fundador del gigante de las telecomunicaciones chino Huawei y directora financiera de la compañía, desató una tormenta política entre Washington y Pekín.
Aunque inicialmente no se relevaron los cargos contra, Wanzhou, se supo que el arresto había sido hecho a instancias de Estados Unidos, país que considera que la empresa violó las sanciones a Irán.
China exigió la liberación inmediata de la ejecutiva y calificó la detención como una «violación a los derechos humanos».
Huawei, que con el 15% del mercado global es el segundo mayor productor de celulares del mundo, ha sido objeto de prohibiciones en varios países occidentales porque temen que Pekín obligue a la compañía a revelar secretos industriales y otra información confidencial que podría poner en riesgo la seguridad nacional.
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