Furhat, inclina la cabeza, sonríe, rebosa empatía y calidez, es un robot busto tridimensional, con la proyección de una cara de rasgos humanos, recurre a la familiaridad adquirida recientemente con asistentes de voz como Siri y Alexa, para alentarnos a interactuar con él como si fuera una persona, que recoge nuestras señales para lograr un buen entendimiento.
Sin embargo, precisamente porque no es humano y por lo tanto, no tiene prejuicios, el robot puede alentar a las personas a participar de forma más sincera, según su creador, lo que hace que sea útil en situaciones en las que las personas mienten con frecuencia, por ejemplo en los chequeos médicos.
“Hemos visto investigaciones que muestran que en ciertas situaciones las personas se sienten más cómodas abriéndose y hablando sobre problemas difíciles con un robot que con un humano”, dijo Samer Al Moubayed, presidente ejecutivo de Furhat Robotics.
Leer más en: Contenido.