Le llamaron “combustible térmico solar”, y en realidad es un líquido que los científicos de la Universidad de Tecnología de Chalmers, Suecia, han estado trabajando para mejorar durante más de un año.
Su forma de actuar, a grandes rasgos, podría asimilarse al de una batería recargable, “pero en lugar de electricidad, se pone la luz solar”, dice Jeffrey Grossman, experto del MIT en declaraciones rescatadas por Science Alert.
Internamente, tiene moléculas que involucran carbono, hidrógeno y nitrógeno, aunque cuando son golpeadas por la luz solar, hacen algo inusual: “los enlaces entre sus átomos se reorganizan y se convierten en una nueva versión energizada de sí misma”.
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