Shinichi Sakamoto tiene 57 años y trabaja para Shimizu, una de las compañías de construcción más grandes de Japón.
Es parte de una fuerza laboral que envejece.
«Las estadísticas muestran que un tercio de los trabajadores (de la construcción en Japón) tiene más de 54 años y está considerando retirarse pronto», dice Sakamoto, jefe adjunto de Tecnología de Producción de Shimizu.
Estos empleados no están siendo reemplazados por otros más jóvenes. «El número de trabajadores menores de 30 años está justo por encima del 10%», detalla.
En septiembre, la firma de Sakamoto adquirió un nuevo y prometedor trabajador: un robot.
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