En el bus, en el metro, hasta en el carro: en el viaje entre la casa y la oficina, muchos aprovechan para leer y enviar correos pendientes relacionados con el trabajo.
Y, para un grupo de investigadores, ese tiempo debe ser considerado como parte del horario laboral.
De acuerdo a una investigación la Universidad del Oeste de Inglaterra, por cuenta del acceso a internet en trenes y estaciones del metro, así como por la popularización del uso del celular, las horas de trabajo diarias se han extendido considerablemente.
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