Si sueles comprar vuelos por internet, es probable que en alguna ocasión hayas pagado más de lo que costaba el boleto la primera vez que lo consultaste.
A veces, la diferencia apenas llega a los US$5. Otras, puede ser abismal.
Pero casi siempre la culpa la tienen las cookies: esos diminutos archivos informáticos enviados por los sitios web que obtienen datos sobre ti cada vez que usas el navegador.
Son una especie de programas-espía que analizan tu comportamiento en internet y que incluso crean un perfil sobre ti para ofrecerte publicidad personalizada y aprovechar a su favor tus búsquedas en la web.
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