Responde a gestos, pero no es un smartphone, tiene «voz propia», pero no es un asistente, y hasta puede distinguir de un billete de 100 pesos, a uno de 500, con una facilidad que podría asustar; OrCam My Eye pretende ser los ojos de quienes no ven, ayudarles a hacer hasta las tareas más elementales, y todo, sin conexión a un smartphone, ni a la nube.
Parece ciencia ficción, pero un trabajo de ocho largos años han hecho posible la versión 2.0 de OrCam My Eye. Con el escepticismo a flor de piel, hemos acudido a probarlo y vaya que nos hemos topado de frente con el futuro… y con inteligencia artificial.
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