La Brecha de Guerrero sigue dormida, reuniendo energía que provocaría un terremoto con consecuencias catastróficas. Oír esto en sus clases llevó a Reynaldo Vela a construir un aparato que aumente la posibilidad de sobrevivir a un sismo: la cápsula K 107.
El ingeniero advierte que la energía liberada podría ser mayor a los 9 grados, por lo que inmuebles previos a 1985 correrían riesgo.
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