«Sin él, las computadoras modernas y los celulares inteligentes, tal y como los conocemos hoy en día, habrían sido inconcebibles».
Así describe el centro alemán de investigaciones Jülich, en la región suroccidental de Renania, la aportación a la ciencia de su investigador Peter Grünberg.
Durante 45 años el científico alemán trabajó fielmente en ese lugar y la investigación que realizó en los años 80 le valió en 2007, cuando ya estaba retirado, un premio Nobel de física que compartió con el francés Albert Fert.
¿El motivo? el descubrimiento de un fenómeno físico hasta entonces desconocido: el de la «magnetorresistencia gigante» (GMR, por las siglas en inglés de Giant Magneto Resistance), cuyo efecto, según el centro de investigaciones Jülich, «ha cambiado dramáticamente nuestras vidas».
Y esa afirmación «no es ninguna exageración», dijeron en un texto con el que homenajearon en su página web al científico, quien murió el pasado 9 de abril a los 78 años de edad.
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