Eric Schmidt no fundó Google, pero lo formó.
A lo largo de 10 años como su CEO, construyó las bases para convertirla en una de las empresas más icónicas de los últimos 20 años, símbolo de la cultura del nuevo milenio, reflejo del espíritu emprendedor de Silicon Valley y la segunda compañía más valiosa del planeta.
Para el empresario de 62 años, y actual presidente de la junta directiva de Alphabet (propietaria ahora de Google), conquistar el mundo web fue sólo el primer paso.
Confiado, carismático y abierto a tocar incluso los temas más complicados para Google –asuntos regulatorios y el escrutinio de los gobiernos–, Schmidt no oculta su emoción por el desarrollo de la gran revolución tecnológica del siglo XXI: la inteligencia artificial.
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