En todo el mundo crece el apoyo a los autos eléctricos y las empresas automotrices producen modelos que pueden recorrer más distancias y a precios más bajos, como el Volt de Chevrolet y el Modelo 3 de Tesla. China se ha fijado ambiciosas metas para reducir la contaminación usando vehículos eléctricos y algunos países europeos plantean eliminar todos los autos que no sean eléctricos para el 2040, si no antes.
Esas loables intenciones, no obstante, tropiezan con varios obstáculos, incluido uno básico: ¿Dónde se van a cargar esos vehículos?
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