Cuando se empezó a hablar de construir el centro de datos más grande del mundo, no fue casualidad que se sugiriera la ciudad noruega de Ballangen, en pleno círculo polar ártico, como el lugar adecuado para hacerlo.
Se trata de una pintoresca localidad, de menos de 3.000 habitantes, donde se registran hasta 18 grados bajo cero.
El clima de la zona serviría para enfriar de manera natural las altas temperaturas generadas por los miles de servidores que albergaría el monumental centro, a donde llegarán enormes cantidades de información.
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