Se llama Pavlok y su uso es algo polémico. Algunas personas dicen que es solo un artilugio, otras que sirve de ayuda para romper hábitos como morderse las uñas o comer dulces.
Es un dispositivo en forma de pulsera de silicona. No es precisamente fina y discreta, pero la idea no es que lo sea.
La correa roja brillante envuelve una batería rectangular recargable que se coloca sobre la muñeca y puede dar descargas de más de 200 voltios.
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