Dos semanas. Ese es el tiempo que ha tardado Apple en sacar su tecnología de conducción autónoma a las carreteras de Silicon Valley después de recibir la autorización pertinente del Departamento de Vehículos a Motor de California.
El gigante tecnológico parece tener prisa por alcanzar a su gran rival, Google, en un ámbito que ha estado sometido a una vorágine constante en la compañía de Silicon Valley a lo largo del último año. La conducción autónoma, desarrollada bajo el programa ‘Project Titan’, tal y como se conoce de forma interna, estuvo cerca de ser condenada al ostracismo en la entidad de Cupertino cuando se anunció el adiós al iCar después de que Apple decidiese recortar cientos de puestos de trabajo del equipo dedicado al diseño y elaboración del vehículo.
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