No era un chiste cuando este país latinoamericano anunciaba a lo largo de tres décadas que toda su política de Estado sería amigable con el medio ambiente y que implementaría medidas generalizadas de sustentabilidad para empresas, hogares y entes gubernamentales.
En esa promesa Costa Rica basaba incluso su promoción turística, lo que le generó una mirada de simpatía de la comunidad internacional, que apreciaba que ese país protegiera el 5% de la biodiversidad mundial y que de sus 51,100 kilómetros cuadrados de superficie una cuarta parte estuviera dedicada a parques nacionales como Tortuguero, Corcovado, Manuel Antonio, o los del Volcán Arenal o el Volcán Poás.
Leer más en: Contenido.