Nada se compara con ser el ganador; sin embargo, en una carrera de Fórmula 1, cruzar la meta en segundo o tercer sitio representa además una diferencia de mínimo tres millones de dólares, los cuales, bien valen el esfuerzo por intentar hackear los sistemas del contrincante.
A partir del incremento en el número de sensores y del nivel de conectividad tanto de los coches como de los autódromos, las carreras de Fórmula 1 se convirtieron en un blanco atractivo para loshackeos y el ciberespionaje, aunque contrario a otras disciplinas, aquí los ciberatacantes no son externos sino escuderías rivales en busca de secretos estratégicos.
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