Con cada película de James Bond, novela de Julio Verne o feria tecnológica mundial, nos llega una nueva y fantástica manera de viajar.
La fórmula generalmente presenta un empaque de nuestro futuro inmediato envuelto en promesas de ciencia ficción: propulsores colocados a una mochila que nos permiten volar, cintas que caminan por nosotros.
Hoy en día estas cosas existen pero, ¿por qué no se han hecho masivas y no han generado ningún cambio revolucionario, como lo presagiaban?
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