El primer mensaje llegó por correo electrónico y de forma anónima hace más de un año: «Hola. Aquí John Doe. ¿Les interesan unos datos?».
«Muy interesados», le respondió el periodista del diario alemán Suddeutsche Zeitung Bastian Obermayer.
«Hay un par de condiciones. Mi vida corre peligro«, advirtió entonces la fuente, le confirmó a BBC Mundo el también periodista de ese periódico Frederik Obermaier.
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