Las historias de Fernando, Emiliano y Rodrigo tienen mucho en común. Ellos, a su corta edad, viven abstraídos en sus asuntos, son hiperactivos, sensibles, piensan y aprenden rápido y tienen muy buena memoria.
La razón es porque tienen un Coeficiente Intelectual (CI o IQ) superior a 130 puntos y sus capacidades sobresalieron antes de llegar a la edad adulta, sin embargo, los tres vivieron diversos escenarios de discriminación y violencia escolar antes de ser diagnosticados niños sobredotados.
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