Las capacidades de procesamiento de los CPUs actuales son superadas por mucho a la velocidad a la que los sistemas de almacenamiento flash envían los datos.
Ese desajuste del rendimiento se nota especialmente en los servidores de base de datos que, normalmente, llevan a cabo un número mayor de transacciones de entrada y salida, que en varias oportunidades colapsa e implica que los tiempos de respuesta se alarguen ocasionando muchas veces pérdidas monetarias.
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