Los mejillones y percebes se pegan a acantilados, cascos de barcos e incluso ballenas, de la misma manera que los hacen los tendones y los cartílago al hueso.
Esto es posible a un adhesivo natural es el hidrogel, una mezcla pegajosa de agua y materiales gomosos que se convierte en una sustancia robusta y flexible.
Inspirado en esto, los ingenieros del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) han desarrollado un método para desarrollar un equivalente sintético a este adhesivo natural.
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