Apple fue la primera en incorporar sensores de huellas dactilares en los móviles para hacerlos más seguros, como gran innovación de iPhone 5S. El dispositivo permitía desbloquear la pantalla, pagar las aplicaciones o servicios online con tan solo posar el dedo en el botón principal. Muchos vieron en la innovación el principio del fin de las contraseñas.
Samsung siguió la estela de la empresa de la manzana y, desde entonces, los Galaxy han incluido esta opción como medida estrella de seguridad. Hasta ahora. Yulong Zhang y Tao Wei, dos investigadores de la empresa FireEye, han demostrado durante el encuentro Defcon, en Las Vegas, que el patrón biométrico que servía para hacer más seguros los móviles con Android ha terminado por convertirse en un foco de vulnerabilidades.
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