El robot que explora Marte, Curiosity, reveló que en los cinco primeros centímetros de suelo del cráter Gale existen condiciones ambientales para que se acumule agua líquida salada durante la noche.
En el día, esas aguas se secan con el aumento de la temperatura, pero al anochecer las sales (percloratos) presentes en el suelo vuelven a absorber el vapor de agua de la atmósfera y reinician el ciclo.
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