Si no duran más, que al menos se recarguen más rápido. La ‘start-up’ estadounidense Qnovo quiere mejorar la relación entre las personas y las baterías de litio mediante una nueva forma de suministrarles energía. Su tecnología, prometen, permite refrescarlas hasta tres veces más rápido sin afectar a su vida útil. Todo gracias a un microchip que, aseguran, puede llegar a los primeros dispositivos electrónicos el año que viene.
«La tecnología está basada en algoritmos que combinan conocimientos sobre su composición química y sobre su electrónica para obtener el máximo rendimiento de la batería», explican sus fundadores. «Esto permite cargar baterías de litio a alta velocidad, y permitir que una carga de 15 minutos proporcione hasta seis horas de uso extra en un dispositivo móvil». En un tiempo comparable, afirman, la tecnología actual ofrece entre tres y seis veces menos autonomía.
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