Una nueva generación de ataques informáticos está costando millones de dólares y presionando la estructura de Internet con la anulación de páginas web y la saturación de los centros de datos.
Aunque algunos atacantes son activistas persistentes, bandas criminales o estados-nación en busca de una forma encubierta de golpear a sus enemigos, los demás son solo ‘hackers’ adolescentes en busca de diversión.
Los ataques de Denegación Distribuida de Servicios (DDoS, por sus siglas en inglés) siempre han estado entre los más comunes en Internet. Consisten en el uso de ordenadores secuestrados e infectados con virus para atacar sitios web hasta que no pueden hacer frente a la magnitud de los datos solicitados, pero las últimas semanas han visto una serie de ataques de especial gravedad.
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