México ha demostrado ser un buen comprador de satélites principalmente de telecomunicaciones y no pensar en esta área nos cuesta casi dos mil millones de dólares por tres de estos ingenios espaciales, un precio muy alto de ignorancia que pagamos por no poder hacer tecnologías estratégicas, indicó Saúl Daniel Santillán Gutiérrez, coordinador de la Red de Ciencia y Tecnología del Espacio (REDCyTE) del Conacyt y Jefe del Centro de Alta Tecnología (CAT) de la UNAM.
Otra desventaja de que el país no genere satélites, dijo, es que no se puede concretar investigaciones locales, ya que muchas de las misiones espaciales toman como prioritario el monitoreo y resolución de problemas del país en donde fue hecho el satélite. Por ejemplo, si el satélite es europeo, su órbita se enfocará a sus países y quizá México sea parte de su trayectoria cada tercer día, expuso Saúl Santillán.
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