Cuando un país pierde a uno de sus grandes apasionados, estudiosos e historiadores, es un día triste. Y cuando su fallecimiento ocurre de manera inesperada, las palabras no alcanzan para describir la magnitud de la pérdida para la nación.
Justo este es el desafortunado caso del fallecimiento el pasado 10 de noviembre de 2013 del cronista de la Ciudad de México, Guillermo Tovar y de Teresa quien, desde los 12 años de edad, había asombrado a México por su memoria y sus ansias de saber. La causa de su muerte fue un accidente que trajo como consecuencia una hemorragia interna, ocurrido en su casa en la Ciudad de México.
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