Fue enterrada durante la conferencia internacional de diseño, que se realizó en Aspen, en 1983, que tenía el título, «El futuro no es lo que pensábamos». Fue profético: estaba presupuestada para que se destapara en 2003, pero vio la luz este 2013, cuando el fundador de la compañía de la emblemática manzana ya había fallecido.
No había precisión sobre el lugar exacto y el terreno ha cambiado. Pero, con ayuda de la «vieja matemática» y el equipo original que participó en el «entierro», entre ellos, Harry Teague, se logró hallar el tesoro.
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