Los finlandeses aún no se recuperan del palo que significó la venda de la división de teléfonos de Nokia, su empresa insignia. Muchos dardos cayeron sobre Stephen Elop, el consejero delegado que estuvo al mando de la empresa por casi tres años. El canadiense, un trotacaminos en el mundo de las telecomunicaciones provenía de Microsoft y allí ha vuelto.
El nuevo golpe para los finlandeses es, que cuando el traspaso se haga oficial, Elop obtendrá otros 18,8 millones de euros. Así lo estipulan los documentos de trabajo para Junta General de accionistas, que tendrá lugar en noviembre, en Espoo, en las afueras de Helsinki. Esta suculenta suma se compone de su sueldo, que asciende a 4,1 millones euros, incentivos a los directivos más su paquete de acciones.
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