El GTM se encuentra a más de cuatro mil metros a un costado del Pico de Orizaba, la punta más alta del país. A una temperatura de 5 grados Celsius, aproximadamente, el telescopio aparece y desaparece tras una neblina alimentada, en parte, por los ciclones que han azotado el país estos días.
Esta pieza monumental permanece quieta apuntando su antena de 50 metros en un ángulo de 180 grados hacia el cielo y hace unos meses tenía la mira más lejos cuando los científicos que colaboran en el proyecto lo echaron a andar en la primera convocatoria de observaciones astronómicas.
Hace algunas semanas se enlazó con otros telescopios de EU y sus islas en Hawai para conformar un complejo de cientos de kilómetros; los resultados de calibración y coordinación permitirán hacer un ejercicio similar para “echar un vistazo” hacia el agujero que hay dentro de nuestra galaxia.
Leer noticia completa en: Crónica.