Científicos de la Universidad Queen Mary de Londres han investigado la base genómica de la ecolocalización, un proceso que consiste en emitir un sonido que rebota al encontrar un obstáculo y analizar el eco recibido.
Este sistema permite a los animales que lo poseen medir la distancia hasta los objetos, y es uno de los ejemplos más conocidos de evolución convergente –desarrollo de rasgos similares en diferentes especies– por lo que los investigadores lo escogieron para examinar su frecuencia a un nivel genómico.
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