El gigante informático IBM comenzó a utilizar agua para refrigerar ordenadores allá por la década de los 60 del siglo pasado en sus sistemas 360, pero abandonó esta tecnología en 1995 debido a que requería arquitecturas complejas y a la llegada de procesadores más eficientes como los CMOS.
Sin embargo, la multinacional ha visto ahora la oportunidad de darle nueva vida a esta tecnología. “El clásico sistema de refrigeración por aire está llegando a su límite debido a los grandes consumos energéticos que genera, sobre todo cuando se habla de superordenadores y centros de datos, tan de moda ahora con la creciente tendencia a contratar servicios de computación en la nube”, explica a SINC Antonio Orbe, experto en sistemas de IBM España.
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