La detección precoz del alzhéimer es un reto que todavía no tiene respuesta. Si se encontrara un sistema, sería el principio para el sueño de los neurólogos: actuar prematuramente y retrasar su aparición. Pero esta enfermedad degenerativa, de la que se calcula que en España hay unos 800.000 afectados (no se sabe una cifra exacta porque no hay diagnósticos tempranos), hasta ahora ha evitado los intentos para anticiparse. En esta línea, un grupo del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona del CSIC, liderado por Ramón Trullas, acaba de publicar en Annals of Neurology un sorprendente método que podría resolver este problema.
Leer la nota completa en: El País